Sonrían, estamos en escena
En The Club, Nika Mills y yo hicimos lo que mejor sabemos: crear momentos a través de la música. Con su voz y mi saxo, llevamos a la gente de la ambientación al baile, interactuando y disfrutando juntos. Nika, con su energía arrolladora, y yo, con mi enfoque directo y expeditivo, formamos un dúo que se complementa a la perfección. Al final, cada uno a su casa, pero con la sensación de haber vivido una noche con banda sonora propia. Sonrían, estamos en escena.
EVENTOS
SAXEL
2/26/20251 min leer
La música sucede, acontece, toma cuerpo en el aire y se desliza entre los vasos y las risas. Anoche fue en The Club, Enrique Granados 121, donde se dieron cita los que saben que la noche es un pretexto y el baile un idioma. Estuvimos ahí, Nika Mills y yo, como quien no busca nada más que hacer lo que sabe: crear momentos, ponerle un sonido a la atmósfera, una cadencia al encuentro.
Ella canta como quien incendia el aire, yo la sigo, la empujo, la rodeo con mi saxo mientras las luces nos recortan en un escenario imaginario. Porque no importa el lugar, podría ser un club, una avenida, una esquina de Buenos Aires o una playa en Barcelona: el espectáculo es la vida y la vida es puro espectáculo. Sonrían, estamos en escena, dice Nika, y todo cobra sentido.
De a poco, la gente se deja ir. Primero los ves marcando el ritmo con los pies, luego un balanceo apenas perceptible y, cuando menos lo esperan, ya son parte del show. Brindamos con ellos, les guiñamos un compás, los empujamos sin empujar. Porque de eso se trata: que la música pase, que te atraviese y que te encuentres en ella sin darte cuenta.
Somos un dúo de acción, no hay tiempo para tibiezas. Nika, con su energía inagotable, su Tauro que arremete sin pausa, y yo, con mi método kamikaze, mi manera de entender que si algo tiene que suceder, entonces que suceda ya. Nos entendemos, nos respetamos, nos disfrutamos. La música, la vida, la escena, es un juego compartido.
Y al final, cada cual a su casa, con la sensación de haber estado, aunque sea por un instante, en un mundo donde todo tiene banda sonora y cada noche es un capítulo distinto.
The Club nos dio su espacio, la gente su energía. Nosotros pusimos la música.
Y ustedes, ¿sonrieron?